Creo en la felicidad. Por supuesto que creo en ella. La felicidad no es una utopía: es un camino que una escoge cada día, cada segundo. Puedes escoger reírte de ti misma o auto compadecerte. Puedes llorar primero, como el primordial instinto necesita y luego siempre verlo desde una perspectiva más sensata, pacífica, solidaria contigo mismo. Sufrir de nada vale. Asimilarlo, aceptar el dolor implica la desaparición del sufrimiento. Así es como se puede ser feliz. Cuando se ama lo que se tiene y no lo que se anhela, se es feliz. Cuando se ama de verdad a cuantos te rodean y das y recibes y ves el mundo con amor y comprensión es cuando me siento afortunada. ¿Por qué no iba a ser feliz? ¿Qué me falta, pues? Estoy agradecida con todo lo que Dios me dio. La vida, mi Madre me hizo ese enorme regalo, todos sus cuidados, mis hermanos, oh, todos mis amigos, ustedes, qué más puedo pedir, si el mundo es bello y existe la risa y antes fuimos pequeños y podemos tener niños, y todavía hay remedio, los árboles nos hablan, y continuamente conocemos a personas que nos quieren....
Es muy fácil ser feliz. A pesar de todo. Sí. Yo opto por ser feliz. Porque si me he caído he aprendido a levantarme. La vida no es sino una aventura repleta de aprendizajes donde uno tropieza y cae, y se levanta. Ya está. A todos nos duele. Pero no estamos totalmente solos. Y aprender me encanta.
Soy feliz. Claro que soy feliz. ¿Acaso iba a ser de otra manera? Si tengo un corazón y puedo amar..., entonces, ya lo tengo todo. los quiero.

1 comentarios:

soy feliiiiiiiiiiiiiiiiz gracias Dios por todo lo que me das!

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